David

Soy David, y si tuviera que definirme en pocas palabras, diría que soy un joven de espíritu que ha aprendido a cuestionarse el sistema, a buscar otras formas de vivir, y a intentar hacer las cosas con sentido. Me apasionan las ideas, los proyectos con alma, el contacto con la naturaleza, las conversaciones que van más allá de lo superficial y, sobre todo, la libertad de elegir mi camino, incluso cuando no es el más fácil.
Siempre he sentido que hay algo más que la rutina impuesta, que la vida está para experimentarla, no solo para sobrevivirla. Por eso, he ido construyendo poco a poco una forma de vida que me permita ser fiel a mí mismo. Me encanta comer, sobre todo si es en buena compañía. Y el pádel, aunque no gane (bueno, sí me gusta ganar). Tengo una relación de amor-odio con el gimnasio. Me gustaría tener un huerto, aunque todavía no lo he conseguido.
Mi camino profesional empezó en grandes multinacionales, donde aprendí de estructuras complejas, objetivos ambiciosos y entornos exigentes. Sin embargo, con el tiempo sentí la necesidad de hacer las cosas de otra manera.
Soy David, y si tuviera que definirme en pocas palabras, diría que soy un joven de espíritu que ha aprendido a cuestionarse el sistema, a buscar otras formas de vivir, y a intentar hacer las cosas con sentido. Me apasionan las ideas, los proyectos con alma, el contacto con la naturaleza, las conversaciones que van más allá de lo superficial y, sobre todo, la libertad de elegir mi camino, incluso cuando no es el más fácil.
Siempre he sentido que hay algo más que la rutina impuesta, que la vida está para experimentarla, no solo para sobrevivirla. Por eso, he ido construyendo poco a poco una forma de vida que me permita ser fiel a mí mismo. Me encanta comer, sobre todo si es en buena compañía. Y el pádel, aunque no gane (bueno, sí me gusta ganar). Tengo una relación de amor-odio con el gimnasio. Me gustaría tener un huerto, aunque todavía no lo he conseguido.
Mi camino profesional empezó en grandes multinacionales, donde aprendí de estructuras complejas, objetivos ambiciosos y entornos exigentes. Sin embargo, con el tiempo sentí la necesidad de hacer las cosas de otra manera.


Vivo en los Valles Pasiegos cántabros, rodeado de naturaleza y de personas que también están buscando formas más conscientes de vivir. Desde aquí, sigo desarrollando mi faceta emprendedora, acompañando a personas en su relación con el dinero, ayudándolas a tomar decisiones más alineadas con lo que realmente desean. Me gusta explorar cómo los recursos, cuando se gestionan con intención, pueden abrir caminos de libertad, crecimiento y bienestar.
Soy inquieto, curioso, y tengo esa mezcla entre lo analítico y lo emocional que me hace estar constantemente imaginando ideas nuevas, pero también preguntándome cómo se sienten los demás, en qué punto están, qué necesitan. Me interesa la vida real, la que no sale en los escaparates. Las contradicciones. Lo que no es perfecto pero tiene alma.
Me interesan las conversaciones que nacen desde la honestidad, que se atreven a tocar lo incómodo, lo profundo, lo que realmente importa. Las que no se quedan en la superficie, sino que invitan a mirar hacia dentro y hacia adelante.
Y si alguna vez me recuerdan, me gustaría que fuese como una buena persona que dio amor, incluso cuando no le sobraba. Que dejó huella, aunque fuera pequeñita, en la historia de alguien.
¿Nos acompañas?
En Mesientabien compartimos ideas, reflexiones y recursos que nutren. Sin prisa, sin presión, desde la experiencia real de caminar con lo que hay.
Si quieres construir un estilo de vida más consciente y más tuyo, te esperamos con los brazos abiertos en nuestra pequeña tribu.